Goleada cómoda del Granada, que pudo ser escandalosa, sin oposición ante un Jerez que se quedó pronto con diez futbolistas
Fuente: RAFAEL LAMELAS | ENVIADO ESPECIAL. JEREZ
Uno de esos partidos que se ponen a pedir de boca pronto sirvió para que el Granada durmiera líder. No dejó ni un poso amargo. A expensas de lo que ocurra hoy con el Melilla, rival del primer puesto, la velocidad de crucero de los rojiblancos parece supersónica para los demás. Si encima los acontecimientos se tercian favorables, las goleadas se convertirán en norma. Quizás le falte más manejo cuando el asunto arranca y mayor contundencia vistas sus innumerables ocasiones de gol. 'Matar' el partido, lo llaman. Un mal menor vista la Liga porque, por lo demás, nadie encuentra estratagemas para detener sus oleadas.
Cuando no es uno, es otro, pero siempre hay un futbolista presto para solucionar con una genialidad. A la pasarela se une ahora Ighalo, que firmó el debut soñado. Un gol, que pudieron ser más, vistas tres estampidas plenas de potencia, que solucionó mal, agitado por el nerviosismo. Todo en apenas un cuarto de hora en liza. Realmente sobrecogedor.
Si hubieran pedido a un hincha rojiblanca que marcara las líneas maestras del encuentro, las coincidencias con la realidad de ayer serían múltiples. Una jornada la mar de tranquila. Felipe ya avisó a los 40 segundos de lo que le esperaba a los locales, errando una ocasión cantada dentro del área. Tras un cuarto de hora algo rizado, donde el ímpetu de ambos equipos ahogó el juego en raso, el Granada se conectó con un desborde centelleante de Casares a la espalda de la defensa. El lateral Choco -de Huétor Tájar- rompió el fuera de juego y el extremo se desplazó para recibir el pase largo de Felipe. Casares encaró en diagonal a Alberto y lo batió por bajo.
Catapultados
Si el resultado ya iba demoliendo la moral jerezana, la expulsión de Ione fulminó por completo su ánimo. Tariq perfiló un pase con la cabeza hacia Felipe y el central local le trabó en su internada hacia meta. Pese a que otro zaguero se apostaba cerca, el árbitro lo consideró ocasión manifiesta de gol, por lo que enseñó la roja a Ione. Si ya se adivinaba una superioridad rojiblanca, la ventaja numérica los catapultó hacia la victoria a domicilio más apacible que se recuerda.
Desde ese momento, sólo quedó comprobar cuántos sería capaz de marcar el Granada. El ataque se puso a examen. Tomé repetía equipo por tercera vez consecutiva, pero la rivalidad en vanguardia se ha convertido ya en titánica con el aterrizaje de Ighalo, en el banquillo de inicio. Un factor tremendo de motivación para los demás, que pusieron el listón alto. Especialmente, Tariq.
Muchos se discute su juego. Se le achaca que no tiene gol. Es cierto que, con la estadística actual, que ayer aumentó, aparcaría la temporada en torno a la decena de tantos. Cifra baja valorando el poderío rojiblanco y su demarcación de punta de lanza. Pero a Tariq no hay que juzgarle sólo por su precisión hacia la red, sino por su agudeza de espaldas a la misma. Es una lavadora que transforma rechaces y pases en largo, balones 'sucios', en esferas relucientes para hacer gol. Da posibilidades de finalizar desde las posiciones más inverosímiles. Son sus compañeros los que a veces no aprovechan la labor altruista de Tariq, más un pivote de balonmano que un ariete al uso. Estando en Jerez, pone a un futbolista ya retirado de relieve como ejemplo. El nativo Kiko Narváez, un maestro para delantero rojiblanco.
Sus detractores frenarán sus argumentos porque ayer Tariq sí marcó. Le puso un centro mágico Benítez, de nuevo incesante y también algo chupón. Tuvo un gesto feo al ser sustituido y marcharse directamente a la ducha, sin pasar por el banquillo. Cuando el viento sopla a favor es precisamente cuando menos se deben cometer esas reacciones inmaduras. Benítez estaba enfadado consigo mismo porque pudo marcar y no lo logró. Irse como un tiro insulta a sus compañeros, aunque luego, más calmado, pudiera disculparse.
El Granada pudo dejarse llevar por la brisa favorable, pero siguió extremando la presión hasta fulminar el Jerez, que poco o nada pudo hacer, debilitado en grado máximo en su delantera con la ausencia de Barreiro. Tomé podría haber prestado a alguno de los suyos. Tiene un fondo de armario que asusta. Salió Berrocal y Felipe se fue a la izquierda. A Sanchón, en ese flanco, se le vieron los mejores minutos de la temporada. Todas las variantes le funcionaban al Granada. Lo extraño fue que el marcador no se alterara hasta que alcanzaron el tramo final.
La hinchada rojiblanca que viajó esperaba con ilusión la rúbrica a una tarde feliz, con la salida del 'deseado'. Ighalo saltó al césped faltando quince minutos y su irrupción fue la de un torbellino. En el primer balón que tocó, se encontró con la posibilidad de encarar al meta, pero se precipitó en el último metro y le sesgó la gloria. En el segundo contacto, se giró en el balcón del área como una peonza y armó un tiro rápido que volvió a detener Alberto. Al tercero no falló. Casares pinchó por la derecha y le colocó un pase fantástico ante el que sólo tuvo que empujar la bola la red. Tuvo una cuarta, otro mano a mano, donde se volvió a equivocar, intentando una vaselina que leyó el portero.
Algunos dirán que el contrario estaba ya desalmado y que encontró espacios para hincharse. Le apretarán exigiendo que hubiera metido alguna diana más. Lo cierto es que el arranque, condicionado por el frenesí del estreno, anuncia un jugador demoledor, la guinda a un equipo que ya cuaja. Juegue bien o mal, aplasta a cualquiera. Ya manda en la tabla. Puede ser provisional. No tardará en quedarse allí solo. Es una mera cuestión de tiempo.
Ficha técnica
Jerez Industrial: Alberto, Choco (Carrasco, m. 56), Julio, Juan Carlos, Ione, D´Jily, Vázquez, Rafa Caro (Bellom. 72), Orife, Benítez y Adrián Martín (Jorge Herrero, m. 56).
Granada CF: Raúl; Nyom, Mainz, Amaya, Rubén; Cámara (Torrecilla, m. 60), Granada, Casares, Benítez (Berrocal, m. 65); Felipe; Y Tariq (Ighalo, m. 76).
Goles: 0-1, m. 19: Casares; 0-2, m. 28: Tariq; 0-3, m. 81: Ighalo
Árbitro: Enrique Jesús Figueroa Vázquez (colegio andaluz). Expulsó a Ione (m. 21). Amarillas a Choco, Julio, Nyom, Jorge Herrero y Granada.
Incidencias: Estadio de la Juventud. En torno a 1.000 espectadores.
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