Berrocal, un delantero con 'mono'

El ariete regresa a la titularidad con un notable partido pleno de entrega y trabajo pero sin la guinda del gol

 

M. PEDREIRA | EL EJIDO

«¡Vamos, vamos!». La voz ronca de Jesús Berrocal arenga a los suyos desde la bocana del túnel de vestuarios. Quedan veinte minutos para que empiece el partido y el cordobés quiere empapar a sus compañeros de la importancia del choque. Para el Granada, es la oportunidad de seguir soñando con la primera plaza. Para Berrocal, la ocasión de reivindicarse. No está dispuesto a que se le escape vivo el toro celeste.

'Berro' lleva un siglo sin ser titular pese al brillante cartel que lo condujo al Granada el pasado verano. Después de demostrar su clase por las categorías inferiores del Córdoba, el Espanyol, el Real Madrid y la selección española sub 19, el cordobés recaló en el Racing de Santander e hizo sus pinitos en Primera. Hace poco más de un año, el delantero que ahora choca una y otra vez con Tariq para hacerse con un puesto en el Granada, debutó en Primera en El Sardinero ante Osasuna. De ese debú a su primer gol, sólo dejó pasar una semana. Un par de ellos más anotó antes del final de la campaña. De ahí, a Granada.

Sin embargo, las cosas no le han rodado bien a 'Berrocrack' como rojiblanco. Tanto Tomé como Fabri han preferido la experiencia en la categoría de Tariq y han dejado al cordobés en un segundo plano. Sus seis goles, marcados en los primeros partidos de liga en sus efímeras apariciones, tampoco han variado la apuesta de los técnicos. Tariq o Tariq, salvo lesión o sanción. Como el de los Emiratos Árabes es duro de pelar, sólo la acumulación de tarjetas ha permitido al cordobés emerger en el once inicial, a excepción de su aparición como interior diestro en el encuentro ante el Écija

Berrocal, el delantero con mono de jugar, el jovencito 'mono' que ha desfilado como modelo, el futbolista capaz de enfundarse el mono de trabajo, como acreditó ayer en El Ejido. Su regreso a la titularidad fue una de las mejores noticias del Granada ayer. Posiblemente la mejor.

Quizás espoleado por el triunfo de su equipo del alma la noche anterior (jugó en el Madrid pero es culé confeso), Berrocal firmó una actuación notable. Trabajó en la presión, conectó muy bien con sus compañeros y no se le notaron sus escasas ocasiones como titular. Además, exhibió una cualidades sorprendentes para la recuperación del balón. Ganó balones por alto y remató varias veces. No marcó. El sello que lo encumbró a principio de temporada no apareció por ningún lado. La exigencia en esta Granada es máxima pero el crédito de un delantero no se agota por no marcar un partido. El partido de Berrocal abre un debate que durará hasta las nueve de la noche del miércoles, cuando el pichichi Tariq vuelva al once. Pero ahí hay un futbolista. ¡Vamos, vamos!